【 File — Ciudad File 】
—He encontrado a otro pequeñín, ¿a qué es una bolita tierna?~~
La voz de Sistermon Blanc encajaba a la perfección con la apariencia que poseía: la de una niña joven y energética. Y aunque su rostro estuviera radiante por la emoción, Jijimon solo se limitó a suspirar con pesadez. No es que estuviese molesto por la reacción de la infante, tampoco deseaba echarle la culpa a la pequeña bola negruzca que tenía en sus brazos. Más bien, el hecho de saber que habían dado con otro Digimon en ese estado le rompía el corazón al anciano.
El Botamon que traía consigo Blanc lucía sano, a excepción de la oreja izquierda: en lugar de ser negruzca como el resto de su cuerpo cambiaba de color en menos de un parpadeo, de rojo a verde, luego a azul y morado. Aquello no se trataba de una habilidad, o una técnica del pequeñín. Era producto de un defecto. Uno muy severo.
« —Ahora es un Glitch Digimon —concluyó el anciano, que se aproximó a la recién llegada extendiendo una de sus manos, en ademán de querer coger al pequeño. »
Apenas Botamon le vio acercarse se sacudió cual gelatina y expulsó una serie de burbujas. El anciano se apresuró a dar un paso atrás y desviarlas con la corriente de aire que generó al mover las manos: aunque fuese un simple Baby en ocasiones estos poseían artimañas para hacer desistir a sus atacantes, como burbujas ácidas o venenosas. Si bien aquella técnica no conseguiría hacerle daño, tampoco deseaba experimentar la incomoda comezón que le produciría si entraba en contacto con ellas.
—L-lo siento Jiji, es muy nervioso.
—No me digas —sorbió por la nariz—. Al menos parece que te ha cogido cariño, eso es bueno.
—¿Otra boca que alimentar? —Sistermon Blanc y Jijimon se giraron al instante para encontrarse con otra monja, solo que esta llevaba un hábito negro y en comparación con la infante daba la impresión de que se trataba de una versión mayor suya—. Si esto sigue así vamos a tener problemas, anciano.
« —Ya los tenemos —quiso contestarle, pero en lugar de eso solo se acomodó la barba mientras miraba a su alrededor. »
Aquella bodega había sido empleada solo como eso, un almacén para la comida que se lograba recaudar en campañas de donación, o bien, como refugio temporal para los pobres desamparados que pasaban por una mala racha y necesitaban un lugar donde dormir bajo techo. En los últimos meses en cambio se había adaptado para ser un refugio de por los menos una docena de Digimon que, como aquel Botamon, tenían alguna malformación en su organismo al ser víctimas de un Glitch.
Miró a un Piyomon que en lugar de un ala tenía un brazo propio de un Agumon charlando con un Impmon, cuya piel en sus brazos era prácticamente trasparente y dejaba al descubierto una especie de esqueleto, pero no uno de huesos como era en el caso de los humanos, parecían tratarse de simples líneas o varillas traslucidas en todo caso. Al fondo estaban los Digimon Babys, acurrucados entre ellos, uno de ellos convulsionaba mientras su pelaje se distorsionaba, a otro en cambio le mutaba su cornamenta en una distinta de vez en cuando, lo que le obligaba a dormir de lado.
—¿Has hablado con ese dichoso contacto tuyo para que nos eche una mano? —La voz de Sistermon Black le trajo de vuelta al presente. Tenía las manos en la cadera, se notaba disgustada.
—Ya te he dicho que no es tan sencillo, no es como que pueda hacerlo sin llamar la atención —negó airoso, cansado de volver a tener esa conversación—. Si ya te has cansado de hacer esto, déjalo. Puedo arreglármelas solo.
Apenas pronunció aquellas palabras se formó un silencio incómodo entre los tres.
Jijimon no estaba bromeando. Sabía que estaba presionando mucho a las hermanas Sistermon con todo aquel asunto y también estaban arriesgando demasiado por tan poco: una obra de verdadero altruismo a cambio de la dura critica social y una pena de muerte asegurada. Por supuesto que agradecía la ayuda de ambas, así como de Ciel, aunque en ese momento estuviese ausente. Estaba seguro que sin ellas sufriría mucho en esa tarea autoimpuesta, el trabajo solo se complicaría y así mismo Digimon allá afuera podrían encontrar su final antes de tener la oportunidad de ser encontrados por él debido a su lentitud ¿Pero qué más podía hacer por ellas?
—Sabes bien que solo bromea, Jiji —Sistermon Blanc se acercó a su hermana y le dio un codazo en el costado, esta se sobresaltó debido a que el gesto no fue uno cariñoso, en verdad le hizo daño.
—Sí, sí —Black movió su mano en deje desinteresado—. De todas formas prefiero esto que estar escuchando a humanos desahogarse por sus problemas, en verdad esas criaturas son tan defectuosas...
—Oberon les permitió estar con nosotros porque podían enseñarnos algo —Blanc decía aquello como si se tratase de un mantra—, tal vez un día de estos encuentres a alguno capaz de enseñarte una lección de vida, una útil.
—Lo dudo.
—Como sea, deja a esa bola de carbón junto con los otros y ayúdame a preparar la comida —El Botamon expulsó un chorro de burbujas en dirección a la monja de hábito negro a modo de protesta, la Child le acarició para tranquilizarlo mientras se encaminaba hacía el resto de bebés.
—Mientras ustedes terminan con eso, iré a terminar con unas cosas en mi despacho —Jijimon tomó su bastón con forma de garra de gato y dio un paso hacía la salida del almacén—. Me he desaparecido toda la mañana y hay asuntos pendientes que requieren mi atención.
—Claro, claro, escapa tú que tienes excusa —Black se cruzó de brazos y sonrió.
Jijimon se giró para responderle, pero ninguna palabra salió de su boca. Tanto él como la Sistermon Black se miraron con los ojos abiertos de par en par cuando un golpe seco retumbó en las paredes y acto seguido la puerta se abrió de golpe, zafándose sus bisagras en el proceso.
Ahora la luz del exterior bañaba el interior del refugio, pero el haz proyectado por la abertura seria bloqueado en constantes ocasiones cuando un contingente de Digimon fue entrando de uno por uno al lugar. Poseían cuerpos humanoides revestidos en una armadura atigrad. Formaron dos líneas, una delante de la otra, y pusieron sus cabezas en alto en gesto orgulloso. Retrajeron sus alas de energía celeste que ahora lucían como capas en sus espaldas y golpearon el suelo un par de veces con sus lanzas, mismas que presumían un filoso aguijón. Los soldados concebidos en masa por dios mismo y a quienes confío la importante tarea de proteger al Digital World: los Vespamon.
« —Mierda —una gota de sudor bajó por su frente, nadie sería capaz de verla entre todo su abundante cabello facial—. La Royal Guard. »
Pero aquel no era el final de las visitas, aún faltaba el invitado especial y quien decidió ser el último en presentarse. A simple vista parecía un humano metido en un pulcro traje blanquecino, elegante, hecho justo a la medida. Sin embargo su cabeza mecánica y en forma circular, además de ese panel en lugar de rostro junto a dos grandes círculos a modo de ojos, dejaban en claro su naturaleza artificial.
Era un «Mr. Navi». Oberon había concebido aberraciones en el Digimundo, seres retorcidos como Megidramon o Gulfmon, pero seres como el que tenía delante no se les quedaban atrás. Esa entidad no era un Digimon aunque estuviese hecho de datos, pero tampoco era un humano aunque imitase su apariencia. Era una IA.
—Saludos, «Regente Jijimon» —soltó la IA con tono robótico y burlón. A Jijimon le pareció que degustó la pronunciación de su título como si de un dulce se tratase—. Me presento —dobló su cuerpo por la cintura, el movimiento se sintió antinatural—. Soy Mr. Navi unidad E-402, puede llamarme solo E-402 si le place. Tengo el glorioso honor de servir como un emisario de dios —dicho esto volvió a erguirse.
—Si deseaba consultar algún tema conmigo, solo debía esperar en mi despacho como todos los demás...
—Ah, eso no era una posibilidad —extendió sus brazos de par en par—. Porque necesitaba presenciar esto con mis propios ojos: la evidencia de su traición, por supuesto.
Jijimon apretó el mango de su bastón.
—¿Cuál traición? —escuchó decir a Black a sus espaldas—. El viejo se está preocupando por los Digimon infectados, no como ustedes cobardes que solo los ejecutan sin más.
Mr. Navi no cayó en la provocación, su atención permaneció solo en Jijimon.
—Los Glitch Digimon son una amenaza, su mera existencia es una blasfemia, un insulto a nuestro creador. Las reglas dictan que todo Digimon fallido debe ser eliminado en el acto para garantizar la seguridad del resto de habitantes de este mundo —inclinó la cabeza, de modo que el sombrero que llevaba proyectó una sombra sobre su rostro—. Dígame señor Regente, ¿acepta que ha resguardado Glitch Digimon yendo en contra de las leyes dictadas por Oberon?
Jijimon movió la lengua en su boca. Miró sobre su hombro y pudo hacer contacto visual con Sistermon Black: esta ya sujetaba entre sus manos sus dos revólveres, estaba seguro que empezaría a disparar apenas tuviera la oportunidad. Pero por fortuna tuvieron ese fugaz intercambio de miradas: una leve inclinación, eso fue todo lo que necesitó para darle sus instrucciones. La monja apretó el ceño, pero terminó asintiendo a modo de respuesta. Ahora más tranquilo, el viejo volvió a encarar a ese ser que se había adjudicado el papel de juez.
—Sí.
—¿Disculpe? —Mr. Navi parecía confundido—. ¿Acepta el cargo?
—¿Qué estás sordo?, dije que sí. He rescatado Digimon enfermos, les he dado un lugar dónde dormir y les he dado qué comer esperando encontrar una cura para su enfermedad. Eso es lo que he hecho y no me arrepiento. Volvería a hacerlo todas las veces que fuera necesario.
Si Mr. Navi tuviese boca seguramente este se encontraría realizando una mueca de disgusto, como quien chupa un limón.
« —¿Esperabas que suplicara por mi vida arrodillado?, ¿llorando?, ¿anhelabas que te pidiese clemencia?, no eres más que un pedazo de chatarra... »
La IA chasqueó los dedos.
—Eliminen a estas inmundicias.
Jijimon no esperó más. Se impulsó hacía adelante y sujetando ambas manos envió su bastón directo hacía la cabeza de ese maniquí bien vestido. Tal vez era viejo y hacía mucho tiempo que se había alejado de las batallas para ocupar un lugar detrás de un escritorio, pero aún recordaba sus viejos días de gloria en el campo de batalla y además, seguía siendo un Digimon Ultimate. Ese golpe iba a destrozarle esa cabezota metálica a Mr. Navi, la haría estallar como si de una sandía se tratase…
Jijimon se estremeció. Su golpe en efecto dio contra algo, pero no fue el objetivo deseado. Su mazo había sido bloqueado por dos escudos de energía celeste y silueta hexagonal: dos de aquellos Vespamon debieron leer sus movimientos y se adelantaron para frenar su ataque. Si bien la diferencia entre un Perfect y un Ultimate no era mucha, esta bien podía ser definitiva al momento de un combate, sin embargo, si esta existía aquellos dos soldados parecían ignorarla.
« —Como era de esperarse de la Royal Guard… —concluyó para su pesar »
El anciano se echó para atrás, ahora siendo consciente de que el resto de Vespamon habían activado sus lanzas, revistiendo su ya letal aguijón con una corriente de energía similar a la que daba forma a sus escudos. Estaban dispuestos a realizar su ataque contra todos los ahí presentes, por fortuna el espacio del almacén era escaso, no podrían acercarse a las hermanas Sistermon ni a sus protegidos a menos que pasaran por encima suyo.
—¡Jiji! —gritó Blanc con la voz a punto de romperse.
El anciano hizo girar su bastón y se colocó en posición de batalla.
—No te preocupes, pequeña Blanc. Este viejo aún sabe cómo pelear ¡Ahora váyanse!, ¡escondánse donde no les encuentren!
Arremetió contra el primer Vespamon que se atrevió a romper distancias: la cabeza del soldado abejorro terminó estrellándose contra la pared y no volvió a levantarse. Atrás suyo escuchó una serie de sollozos y una reprimenda por parte de Black, pero no pudo concentrarse en las palabras que fueron dichas por las hermanas, porque en ese momento bloqueó con su bastón una estocada enemiga.
—Morirán sin importar a donde vayan, morirán como tú, anciano —dijo Mr. Navi, confiado solo por la seguridad que le ofrecía su posición: se hallaba hasta el fondo del todo, si quería alcanzarlo debería pasar a todos sus guardaespaldas primero.
—Hablas como si nos conocieras mucho —dobló sus rodillas y derribó al Vespamon tras golpear sus piernas—. ¡Pero tú no eres un Digimon y no sabes nada sobre nosotros! —al erguirse le apuntó con su bastón, desafiante.
—Sé lo suficiente —agitó su brazo con brusquedad—. El benevolente Oberon me enseñó todo lo que necesito saber sobre ustedes... repugnantes escorias… ¡¿Qué demonios están esperando?! ¡Mátenlo de una vez!
En esta ocasión tres de aquellos Perfect se lanzaron al mismo tiempo. Incluso Jijimon sabía que estaba perdido. Podría esquivar la primera de las estocadas, tal vez conseguiría eludir la segunda si su cuerpo reaccionaba como llegó hacerlo en su época de gloria, pero el tercer impacto… Ese iba a recibirlo sin importar lo que hiciera.
Su predicción falló. De hecho, ninguno de los involucrados en aquel combate podría haber prevenido lo que sucedió a continuación: el almacén entero se estremeció ante una explosión. Y todo fue engullido en llamas en un instante.
La pantalla holográfica levitaba a la altura de su rostro y la imagen que estaba ahí proyectada era la de un Terriermon Assistant. No uno cualquiera, el único que valía la pena reconocer: aquel que mantenía contacto directo con el creador de ese mundo y quien transmitía tanto la palabra como la voluntad de este cuando no era necesario hacerlo por su propia cuenta: el profeta de dios.
—Estas hecho una mierda, E-402 —dijo como si fuese cualquier cosa, con una sonrisa burlesca en su rostro para empeorar las cosas—. Pero pasemos a lo importante, ¿completaste tu tarea?
Mr. Navi E-402 apenas y podía mantenerse de píe. Gran parte de su extremo izquierdo había desaparecido, como su brazo y parte de su tronco que estaba al descubierto mostrando sus componentes internos. De puro milagro las dos piernas seguían unidas a su cintura y le permitían caminar, aunque se tambaleaba con cada paso dado. Todo lo demás estaba lleno de hollín, incluido su ahora arruinado traje de gala.
—El almacén donde ese vejestorio escondía a los Glitch Digimon fue destruido —asintió Mr. Navi.
—¿Y Jijimon? —Terriermon desvió su mirada hacía él, apenas necesitando mover la cabeza.
—Desapareció junto a su refugio clandestino.
Terriermon Assistant se quedó callado durante un buen rato meditando aquello, después realizó un movimiento con sus manos: parecía estar ocupado trabajando en algo mucho más importante que la discusión con un emisario divino, pero debido al limitado rango de la pantalla era complicado saber qué era eso.
—Oberon estará complacido de escuchar tu informe. Por ahora, deberás centrar tus esfuerzos en mantener controlado el repentino brote de Glitch Digimon que se ha presentado en File —Mr. Navi se estremeció al escuchar aquello.
Por un instante, la pantalla que llevaba por rostro pareció iluminarse un poco más.
—¿Quiere decir esto que dios me ha considerado apto para ser un regente?
Terriermon dejó de hacer lo que sea que estuviese haciendo.
—Yo no me adelantaría a los hechos —el profeta ladeó la cabeza con desgano, mirándole—. Tampoco pondría palabras en mi boca. Sin Jijimon, File no posee un regente, eso es verdad, pero no te estamos asignando el cargo a ti. Fungirás como una especie de interino, la decisión aún no ha sido tomada —se aclaró la garganta—. Pero puede que si haces un buen trabajo... Oberon te recompense como deseas.
La IA pasó el peso de su cuerpo de una pierna a otra. Entonces aquello era una prueba, dios mismo necesitaba asegurarse de que era digno de su entera confianza.
—Daré mi mejor esfuerzo para honrar la confianza que Oberon deposita en mi —quiso hacer una reverencia, pero le fue imposible—. Imagino que con esta nueva imposición se me entregarán nuevas tropas...
—¿Estás bromeando? —Terriermon soltó una carcajada, al punto de llevarse las manos al estomago. El rostro de Mr. Navi reflejó una expresión neutral, pero solo porque se contuvo—. Perdiste a casi a todo el pelotón que se te asignó como escolta, eso ya es en sí un gran problema —la mirada del Child se afiló—. La Royal Guard debe verse como un elemento de respeto y admiración, una fuerza disuasoria... Tú los desechaste como si fuesen un montón de pañuelos usados. Vas a tener que arreglártelas como puedas, aprende de los otros regentes: ellos hacen el trabajo con lo que tienen a la mano —se encogió de hombros—. Solo lo digo como una sugerencia, después de todo quieres ocupar un cargo similar. Pero si sientes que la tarea es demasiado para ti…
—Buscaré la manera de solucionar el problema —hizo un ademán con su única mano para restarle importancia al asunto—. ¿Cómo debería tratar la noticia sobre lo ocurrido con Jijimon?
—Por el momento dejaremos las cosas estar, si alguien busca a Jijimon deberás informarles que Oberon te ha colocado como su reemplazo mientras realiza una encomienda especial.
E-402 asintió con parsimonia.
«—Entonces dios es consciente del efecto que esa noticia puede desencadenar en File… »
—¿Y el almacén?, más de una persona debió atestiguar la explosi… —carraspeó, aunque las IA como él no lo necesitaran—. Quiero decir, la destrucción del sitio. También pudieron haber notado mi presencia y la de la Royal Guard.
—Sé creativo, ingenia algo sin involucrar la figura de Jijimon —dijo esto mientras volvía su atención a su actividad—. Creo que ya hemos tratado lo relevante del asunto. Esperaré con ansias el reporte de tus actividades —Y la pantalla holográfica se desvaneció, indicando el termino de la llamada.
E-402 esperó solo un instante, tal vez para cerciorarse de que en efecto la videollamada hubiese concluido. Entonces propinó una patada al suelo con todas sus fuerzas, casi desplomándose por la acción.
—¡Esa miserable rata cornuda!, ¿¡por qué Dios tiene a un Digimon como su mano derecha!? Una IA debería estar a su lado asesorándole, este mundo tendría menos problemas si así lo hiciera...
—Se te olvidó mencionarle que esas dichosas hermanas escaparon con los Glitch Digimon y además, ¿no fuiste demasiado osado al asegurar que Jijimon murió?
Para desgracia de Mr. Navi no estaba solo en aquella habitación, el despacho que alguna vez perteneció al Regente Jijimon, o como la gente solía llamarle en Ciudad File: «Alcalde Jijimon». Sentada sobre un amplio escritorio repleto de documentos se encontraba una figura femenina, parecía llevar un vestido hecho a partir de medusas, un par de guantes metálicos recubrían sus manos y un visor hacía lo mismo con sus ojos. Una Digimon en la etapa Perfect: Thetisjellymon.
—La explosión acabó con la mayor parte de mis Vespamon y mira lo que le hizo a mi cuerpo, ¿tú qué crees que sucedió con ese vejestorio? —si tuviese pulmones hubiera sacado todo el aire en un resoplido.
—Ustedes las IA no parecen comprender muy bien a los Digimon —la fémina negó con parsimonia usando su dedo índice—. Existen niveles evolutivos y dependiendo del escaño mejores habilidades tiene un Digimon. Jijimon, aunque tú lo veas tan frágil como una hoja seca, está en lo alto de la cadena, tal vez no en la cúspide, pero en una muy buena posición —sonrió—. Incluso yo tendría un par de problemas para matarlo.
E-402 quiso rebatirle, pero algo en su interior le decía que su acompañante tenía razón. Aquella explosión y la repentina desaparición del ahora ex regente de File no le generó tranquilidad y paz como pensó en un principio, sino todo lo contrario. Desde entonces solo ha estado imaginando los posibles desenlaces que podría ocasionar la simple reaparición en público de ese vejestorio; su fracaso como emisario sería revelado al instante y esa rata cornuda no dudaría en castigarle por el atrevimiento de haberle ocultado información.
« —Además esta ese elusivo detalle, ¿quién demonios generó esa explosión?, ¿fueron las Sistermon o alguien más? Imposible, esas Digimon no podrían llegar siquiera a herir a un Vespamon, mucho menos matar a uno de ellos… »
La simple posibilidad de que Jijimon tuviese más aliados era factible, ese vejestorio era un ícono en todo el territorio de File: amado en partes iguales tanto por Digimon como humanos. Las cosas se complicaban si tenía de su lado actores con la fuerza de oponerse, o incluso superar, a miembros ordinarios de la Royal Guard. Si sus temores se volvían realidad entonces todo se complicaría, más obstáculos se interpondrían en su ansiado anhelo de ganarse el reconocimiento de dios.
—Usaremos el incidente en el almacén para presionar a esas hermanas: las inculparemos del atentado —si tuviese boca, estaría sonriendo complacido de su propia astucia—. Eso debería limitar sus movimientos y nos permitirá lavarnos las manos en público para interrogar y arrestar cualquier Sistermon sospechosa que aparezca en nuestro radar —le señaló con el dedo índice—. Mientras dejamos que las autoridades las busquen en las calles tú harás lo mismo desde las sombras.
La Perfect asintió.
—¿Qué hago si doy con ellas, o con el viejo?
Mr. Navi se tomó un momento para pensar.
—No mates al anciano. En cuanto a las hermanas, supongo que con una sola nos bastaría, las demás pueden ser descartadas —la orden pareció complacer a Thetisjellymon, quien sonrió de oreja a oreja —. Al final, todos serán eliminados… cuando ya no me resulten útiles.
La chica digital pegó un salto, haciendo que algunas hojas se deslizaran al suelo. Se acercó a la puerta para ponerse manos a la obra en su misión asignada, pero a medio camino se detuvo y se volvió hacía Mr. Navi.
—A todo esto, ¿cómo lidiarás con ese supuesto brote de Glitch Digimon? Yo podría hacerlo, pero te costará un extra…
—Limitate a concentrarte en la búsqueda —E-402 se limpió un poco el hollín en sus vestimentas, tarea complicada con solo una mano disponible—. Dejaré que los humanos se encarguen de ellos. Después de todo, esos seres aceptan cualquier trabajo a cambio de unas simples migajas…
¡Saludos!, mi nombre es Hina. Bienvenido a TamersPlace: ¡el sitio donde todos ganan algo a cambio! Gracias por usar nuestra aplicación. Si estas buscando un trabajo fácil y sencillo, te recomiendo la sección «Encargos Rango D», si por el contrario tienes algo de experiencia o rango superior, tal vez te gustaría echar un vistazo a la pestaña «Oportunidades únicas», ya que el usuario [Anónimo] ha colocado docenas de solicitudes de cacería y exterminio de Glitch Digimon… ¿Ah?, ¿estás interesado?, muy bien, déjame proporcionarte la información publicitada:
« La presencia de Glitch Digimon agresivos se ha disparado en Ciudad File y sus zonas aledañas, es urgente la eliminación de todos y cada uno de ellos. Se pagarán 300 Bits por Digicore obtenidos de estas pestes. Emplear la función del Digivice para su eliminación segura. Se empleará el histórico del dispositivo para calcular la paga proporcional a su desempeño. »
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D/Recreate – Capítulo 01
「 Un paraíso infectado 」
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¡La aventura en el (Nuevo) Digital World da comienzo!
El mensaje arriba colocado es una interacción que cualquiera de sus personajes podría tener con la NPC Hina al usar la aplicación de TamersPlace, misma que está instalada en las D-Terminal, o incluso en los Digivice. En todo caso, tanto la Ciudad File como sus alrededores sufre de una plaga de Glitch Digimon en estos momentos, así que sus personajes pueden enterarse de este suceso de múltiples formas: un encuentro directo con una de estas criaturas, o bien, por los lugareños.
➤ Objetivo actual:
◈ Ayuda a Ciudad File a deshacerse de los Glitch Digimon.
- ⊘ Limit Ruler activa: Los Digimon no pueden evolucionar más allá de la etapa Adult.
”Situación actual por los efectos del Capitulo 01”
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”Situación actual por los efectos del Capitulo 01”
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»Sobre sus personajes y la situación actual del mundo:
- Todos los personajes de los jugadores se encuentran en Ciudad File.
- Ningún Tamer o Digimon (jugador o NPC) es consciente de que “no está” en el Digital World denominado «DW». Para ellos la vida continua como otro día más en el mundo digital y no hay elemento que pueda hacerles sospechar de que haya algo extraño. Pueden tener pensamientos como “¿File no tenía una montaña más alta?” o incluso experimentar deja vu, cosas así, pero estos deben ser tomados como eso, simples sensaciones extrañas a las que no les das importancia y al cabo de un segundo ya olvidaste.
- Por supuesto, todas las vivencias en el antiguo mundo (DW) están registradas en las memorias de sus Tamers y Digimon, con sus correspondientes desarrollos de personaje (si así gustan, ciertánse libres de modificar lo que deseen), pero si intentan recordar un elemento en concreto, por ejemplo un sitio que no está en este mundo, de inmediato sus memorias llenaran los huecos y lo reemplazaran por otro, relajándolos al instante.
- Por así decirlo, “algo” impide a todo personaje alarmarse por lugares, sitios, o personas que deberían existir, pero que no están en este mundo. Si tratan de luchar contra esta sensación, simplemente sus mentes terminan distrayéndose y dejarán el asunto de lado hasta olvidarse por completo de el.
- Nadie en File sabe dónde está el alcalde Jijimon (salvo que se indique lo contrario), se ha corrido la noticia de que se encuentra en una misión encomendada por Oberon y hay un interino ocupando su posición.
- Sumado a esto, las autoridades buscan a tres Sistermon sospechosas, culpables de lanzar un ataque a uno de los almacenes de la ciudad. Las autoridades creen que se hicieron pasar por las asistentes del alcalde para lograr su cometido.
»Sobre los Glitch Digimon:
- Como debieron haber leído en el glosario de términos, los Glitch o Glitch Digimon se tratan de Digimon con algún fallo visible en sus cuerpos y los que han aparecido en File son sumamente agresivos, dialogar con ellos no les llevará a nada bueno.
- Hay Glitch Digimon tanto en etapa Child como Adult. Su fuerza varía, pueden estar en el rango medio de fuerza o en el límite; pero no muestran poder excepcional/por encima de su etapa evolutiva.
- A pesar de las advertencias e historias típicas sobre los Glitch Digimon, sus personajes no se verán afectados de la supuesta infección que provocan, tampoco el campo de batalla donde luchen, ni tampoco la Ciudad o sus alrededores se verá afectada.
- Derrotar a un Glitch Digimon no dejará un Digitama, sino un DigiCore (de forma esférica, del tamaño de un balón de fútbol, parece estar hecha a partir de líneas de código).
- No puede absorberse la Data de un Glitch Digimon, su degradación y paso a Digicore es instantánea.
- El Digivice cuenta con la capacidad de absorber y enviar los Digicore infectados para su desecho.
»Limitaciones para los Digimon/Tamers:
- En el territorio de File existe una «Ruler Limit» activa: » Los Digimon no pueden evolucionar más allá de la etapa Adult « Esta regla afecta también a Digimon de Tamers, o humanos con la capacidad de evolucionar. Esta regla no afecta a Digimon que hayan llegado a File teniendo ya una etapa superior a la Adult, pero si de-evolucionan la regla aplicará en ellos.
- Los portadores de un Spirit no pueden emplear la Spirit Evolution. El fantasma del Spirit tampoco puede manifestarse ante su portador y si intentan conectarse con el mismo la único que recibirán como respuesta será un sonido similar a una interferencia de radio.
- Objetos especiales como Spirits, o desbloquear la Hybrid Evolution, obtención de DigGnomes o Culumon en los Tamers no es posible en estos momentos.
- Solo pueden obtenerse objetos como lo son Digimental, Emblemas, Cartas y Digimemory.