Side Story
"Viajeros"
Era un día como cualquier otro en aquella Ciudad File. Mientras Jijimon se encargaba de recibir a los dos últimos Digimon reclutados al pueblo por los Tamers y guiarlos hacia sus trabajos, Angemon se mantenía en el hogar del anciano ayudándole a completar el papeleo que se le acumulaba como alcalde del lugar. La prosperidad de File crecía cada vez más, hecho que podía ser fácilmente evidenciado cuando se recorrían las animadas calles transitadas por Digimon de toda la isla y se notaba la amplia diferencia con el pueblo fantasma que había sido unas semanas atrás. Con solo pensar en eso una sonrisa se dibujaba en el rostro del ángel mientras trabajaba, a este paso la isla podría ser salvada pronto.
El sonido de la puerta y la campanilla en su tope delató que alguien más había entrado en la vivienda. Angemon alzó la vista para dar la bienvenida y avisar del paradero de Jijimon (a quién normalmente venían a visitar) sin embargo se detuvo a medio camino al toparse con dos figuras desconocidas. Una de estas era un humano, un hombre alto de largo cabello canoso recogido en una cola de caballo, que venía vestido con un traje formal similar al de un mayordomo. El otro era un Digimon Máquina con la forma de un reloj, bastante más bajo que él. Ambos exhibían un aire amigable, sin embargo no se trataba de gente que Angemon hubiese visto hasta el momento. ¿Acaso acababan de llegar?
- Buen día, ¿puedo ayudarlos? - preguntó el ángel. Fue entonces que el hombre, que había estado inspeccionando la casa con la mirada, se percató de su presencia, sonriendo amablemente mientras llevaba una mano a su pecho.
- Buenos días - saludó. El reloj a su lado hizo un gesto similar, sin embargo no medió palabra - Estamos buscando a Jijimon.
- El señor Jijimon no se encuentra... - informó Angemon - Ustedes son Tamers, ¿no? Disculpen, no recuerdo haberlos conocido antes.
- Hmm... No exactamente - contestó el anciano - Somos conocidos de Jijimon, aunque la última vez que lo vi fue hace un tiempo. De hecho, no había nadie más aquí aparte de los bebés, nisiquiera los Tamers.
Aquella respuesta llamó la atención del Adult: ¿Ambos habían llegado antes que los Tamers? Eso no tenía sentido, Jijimon había llamado a todos los humanos. Aunque la sonrisa del hombre no se había esfumado y no tenía aspecto de ser una amenaza, que su información no concordara con lo que el asistente de alcalde conocía era sospechoso, por lo que sus alertas se elevaron.
- Le tendré que pedir que espere al Alcalde entonces - contestó - Hasta entonces...
- ¿Hmm? ¿Qué sucede aquí?
Aquella voz familiar interrumpió las palabras de Angemon e hizo que el Digimon máquina se moviera, revelando tras de él al Ultimate gobernante del pueblo observando con curiosidad el interior de su hogar. Sus ojos pasaron de Angemon al reloj, culminándo en el hombre que saludó con un gesto amable. Jijimon alzó una ceja, entrando en la casa y dejando su bastón recostado de una de las paredes.
- Tiempo sin verlos, pasemos a mi despacho - dijo, para sorpresa del Digimon sagrado - Angemon, ¿podrías preparar bebidas para los tres?
- Té para mi, por favor - solicitó el hombre, sin cambiar su semblante.
- S-Sí, a la orden, señor.
[...]
- Ya veo, ya veo - soltó G mientras bajaba su taza - Entonces los chicos te han sido de ayuda, es bueno oír eso.
El ambiente que se sentía en el despacho de Jijimon era tranquilo, aunque un tanto extraño considerando a sus ocupantes. Los dos ancianos habían pasado los últimos minutos poniéndose al "tanto" de la situación, mientras sus acompañantes (Clockmon y Angemon) sencilamente escuchaban la conversación sin intervenir en esta. Si bien en el caso del reloj esto se atribuía a su personalidad taciturna, en el ángel su silencio era debido a la enorme cantidad de información que estaba aprendiendo, no solo sobre el misterioso Tamer, a quien le habían solicitado que se refiriera simplemente como "Jii", sino también sobre su propósito y rol en los "eventos" de antes que el Adult fuera descongelado de Freezeland. Para su sorpresa, la explicación inicial del misterioso hombre resultó ser cierta: Conocía a Jijimon desde antes de la llegada de los Tamers, tratándose en realidad del que le había sugerido al alcalde traerlos en primer lugar.
- No hay manera de empezar a agradecerles el trabajo que han hecho por este pueblo y sus habitantes - confesó Jijimon - Tampoco a usted por su contribución
- Oh, para nada - rió el hombre - Que los Jijimon tengan la capacidad de invocar humanos de otros mundos es una habilidad natural de su especie, y algo que se ha visto anteriormente - contó - Lo único que hice fue decirle donde buscar - aclaró - Aunque si concedo que es el primer Jijimon que conozco que trae humanos de otro Mundo Digital paralelo, en lugar de un "Mundo Real"
- Si me permite la pregunta - interrumpió Angemon, causando que las miradas se posaran sobre él - Usted viene del mismo Mundo Digital que los chicos que nos han ayudado, ¿no?
- Eso es correcto.
- Pero si ya estaba antes que Jijimon empezara a invocar... - continuó el Adult - ¿Cómo llegó usted aquí? ¿Los humanos poseen una habilidad como esa?
Nuevamente G soltó una leve risa, sacando el Xros Loader negro de su bolsillo y posándolo tranquilamente sobre la mesa, para que ambos inquilinos lo pudieran detallar.
- Ese es uno de los dipositivos de los Tamers - identificó el líder de File - El que permite evolucionar a los Digimon compañeros.
- Así es - confirmó el relojero - Sin embargo el mio no está conectado a Clockmon, así que en su lugar lo uso para otros fines - Ambos Digimon sagrados intercambiaron miradas - De todos los Digivice, el Xros Loader es uno que sobresale en su capacidad de viajar entre Mundos paralelos con los ajustes correctos y el acompañante adecuado - explicó el anciano, haciendo un ademán entre el dispositivo y el Digimon reloj, que solo asintió - De hecho su lugar de origen es un Mundo Digital dividido en 108 áreas separadas por barreras dimensionales. Sin esto, sus usuarios nunca habrían logrado salir de ninguna de estas "Zonas" en primer lugar.
- Suena como un Mundo Digital peculiar.
- "Fascinante", diría yo - comentó Jii - Una de las configuraciones más "únicas", aunque tuve el placer de toparme con uno muy similar meses atrás. Es una lástima que en universos similares muchos eventos tienden a repetirse, a veces hasta de forma casi idéntica. Aquel Mundo de "Zonas" estaba en la víspera de una guerra contra un enemigo muy similar al de sus homólogos. - Se detuvo por un momento, sorbiendo un poco de su taza antes de continuar - Este Mundo Digital también. Digamos que no es primero donde ocurre el fenómeno de la amnesia colectiva, aunque a diferencia del "otro" aquí cuentas con mayor mano de obra que solo un muchacho y su Digimon.
Jijimon asintió y suspiró. Si no se había sorprendido por ello, se debía a que ya había oído la explicación del anciano cuando lo conoció por primera vez. Para Angemon no obstante, su reacción fue otra, una de total sorpresa debido a lo irreal de aquellas palabras.
- ¿Esto ha pasado antes en otros Mundos Digitales?
- Más bien, digamos que este en particular está repitiendo la "Historia" de otro - contestó el anciano - Digimon perdiendo recuerdos, volviéndose más salvajes y abandonando la ciudad hasta volverse hostiles, todo mientras el "verdadero enemigo" acecha en algún lugar. Existen, no obstante, dos diferencias entre ambos escenarios: La primera es el oponente: Un "fantasma" del original, dispuesto a repetir sus pasos solo por instinto sin una motivación real. La otra es la "variable" propuesta por mi persona: Tamers de otro mundo para enfrentarlo.
- ¿"Variable"?
- Sí. Mi objetivo es descubrir que resultados otorga este "experimento" - explicó el hombre - Así como el efecto que tiene en nuestro mundo de origen.
- ¿Quiere decir que esta amenaza también es un riesgo para el Mundo de los Tamers? - preguntó Angemon.
- No exactamente, aunque el temblor dimensional causado por la cercanía de ambos mundos tuvo un efecto en la Isla File del "otro" lado - informó - Nada muy grave, solo un pequeño espacio "paralelo" nacido en aquel Mt. Infinito.
- Entonces... - recapituló Jijimon - ¿A qué se refiere por "efecto"?
Jii sonrió, al parecer esa era la interrogante que esperaba que hicieran.
- A principios de año, en nuestro mundo, ocurrió un evento que afectó a toda la población humana y Digimon. El "Gjallarhorn" es un presagio de un conflicto venidero, cuyo propósito no es "advertir" sino "desmoralizar" a quien lo observa. Aquellos que vivieron el fenómeno pudieron observar el "peor escenario" de sus vidas; Ya fuera una ilusión, premonición o incluso una visión de uno de sus posibles "futuros", todo con el fin de atemorizarlos para que no pudieran enfrentarse a la amenaza cuando esta llegara. No es necesario que diga el efecto que tuvo en Tamers y Digimon este "ataque psicológico": Muchos han "colgado" su Digivice, atemorizados de ver aquella "profecía" de sus vidas cumplirse en un futuro. Otros han hallado el valor de proseguir, sin embargo las dudas se mantienen y crecen en su interior con cada paso en falso que dan.
- Entonces su mundo también está en crisis...
- Y es apenas el comienzo - continuó el anciano - Según mi hipótesis, en esas "condiciones" si la catástrofe ocurriera el día de mañana muy pocos prevalecerían, una lástima considerando el enorme poder y potencial que este Mundo Digital posee en comparación con otros, que no cuentan con tantas "variables", Tamers, en otras palabras. En los registros históricos solo unos pocos son elegidos para enfrentar el conflicto, en nuestro caso hablamos de miles. Un gran número de guerreros para enfrentar una crisis que, como ellos, superará lo visto en muchos Mundos Digitales.
- Si eso es así... ¿De verdad tienen tiempo sus Tamers para encargarse de problemas de mundos no relacionados? - preguntó Angemon - Suena a que deberían estar preparándose para lo que tendrán que enfrentar.
- Lo están haciendo, justo ahora, sin saberlo - explicó G - Antes que la catástrofe comience, los Tamers deben acostumbrarse en pelear en todo tipo de condiciones, incluso mundos ajenos al que ellos conocen - hizo un ademán a Jijimon - Venir acá es parte de un "entrenamiento", una nueva "variable" para afectar el cambio producido por el Gjallarhorn. Incluso aquellos que no viajaron a esta tierra podrán prepararse si enfrentan la zona paralela de la "otra" File Island.
- Entonces... ¿lo está ayudando?
- Estoy proporcionando los medios, pero a la hora que ocurra algo no pienso tomar un lado - aclaró el hombre - Mi labor es solo otorgarle las armas, el escenario y los medios, pero son los "guerreros" los que deben aprender a usarlos mientras yo observo. Esa es la "tarea" que me fue dada como "observante" de los eventos que están por venir.
Jijimon se mantuvo en silencio, procesando la información recibida con un semblante oculto tras su barba. Angemon en cambio se mantuvo en duda, continuando su interrogatorio al anciano.
- ¿"Armas", señor?
En ese momento G sacó de sus pertenencias un Keychain, el cual activó para extraer de su interior un cofre y una bolsa. Colocó ambos en la mesa frente a él, abriéndolos para que ambos Digimon pudieran inspeccionar su interior. En uno, una serie de dispositivos cuadrados reposaban apagados. Eran herramientas que los habitantes de File nunca habían visto, sin embargo tenían un fuerte parecido con...
- El Digivice es la principal y mayor arma que un Tamer posee - explicó - Este "D-Pet" es uno de ellos, un nuevo modelo diseñado para que el Tamer otorgue soporte a su compañero, incluso en tiempos donde provisiones como comida y medicinas pueden faltar. Aquellos que hayan progresado en su entrenamiento, trayendo suficiente "Prosperidad" a esta ciudad, son quienes deberán recibir este Digivice de parte de ti, Jijimon.
- ¿De mi? - repitió el Ultimate - ¿No de usted?
- Los Tamers no me conocen y no es el momento que lo hagan - explicó el relojero - Hasta que el día llegue prefiero que mi contribución sea anónima. Considéralo una forma de agradecerles por su ayuda a ellos el entregárselos - el hombre guiñó un ojo a medida que su semblante se iluminaba - y un favor de mi parte para que estemos a mano.
- Entendido.
- ¿Y en esa otra bolsa? - preguntó Angemon, notando el ligero resplandor verde que emitía ahora que estaba medio abierta. El relojero apartó la tela, revelando que la fuente de ese brillo eran unos cristales que el ángel nunca había visto en la isla.
- Esto es algo aún más valioso, que solo debe ser otorgado a los que sobresalgan incluso entre los que trajeron "prosperidad"...
Sin embargo, antes que el anciano pudiera explicarle a ambos Digimon, un ruido fuera de la cabaña llamó su atención. Un rugido estridente proveniente de las alturas, seguido del sonido inequívoco de algo siendo demolido, una edificación posiblemente. Jii suspiró, empujando ambos objetos para dejarlos cerca de Jijimon.
- Lamentablemente nuestro "enemigo" no esperará más, así que tendremos que interrumpir la charla - dijo - Una vez venzan a ese enemigo, un Airdramon si mi memoria no me falla, pide a los Tamers que se encaminen al Mt. Infinito. El camino estará abierto. Les deseo suerte. Clockmon, si haces los honores.
El reloj asintió y agradeció por la hospitalidad, moviendo sus manecillas al unísono que preparaba su Chrono Breaker para detener todo en el mundo a excepción de él y su acompañante. Cuando Jijimon hubo recobrado sus sentidos, producto de la técnica permitiendo fluir el tiempo de vuelta, ambas figuras misteriosas se habían retirado limpiamente de la cabaña, dejándolos con los objetos y una idea clara de que debían hacer a continuación.